Antes de fin de año, todos los porteños deberían tener a no más de una cuadra y media de su casa un contenedor verde donde volcar los residuos reciclables. Así lo anunció el Gobierno porteño, al presentar este martes los compromisos de gestión hasta el final del actual mandato de Horacio Rodríguez Larreta.
La idea es que cada vez más vecinos separen residuos en origen para que se puedan recuperar los plásticos, vidrios, cartones y metales. Hoy, según un informe de la consultora Aresco, el 46% de los porteños asegura que separa los residuos: la idea del Gobierno porteño es que sea el 80% para 2023.
¿Por qué no se logró hasta ahora? En gran parte, porque faltan contenedores verdes. Si bien en la Ciudad hay 4.929 recipientes para reciclables, más 80 “Puntos Verdes”, muchos vecinos se quejan de que no tienen ninguno cerca de su casa. Así, no tiene sentido, según ellos, separar en origen porque a la hora de la disposición todo se vuelve a mezclar. Por eso, el compromiso es colocar en las calles otros 680 recipientes.
En la Ciudad se reciclan unas 380 toneladas de residuos por día. La recolección la hacen los 5.112 recuperadores formales, nucleados en 12 cooperativas. Aparte, está el circuito de los cartoneros informales.
Incentivar la separación es uno de los 37 objetivos de gestión a los que se comprometió el Gobierno porteño hasta 2023. La presentación a la prensa fue realizada ayer por Rodríguez Larreta; el jefe de Gabinete, Felipe Miguel; y el secretario general de la Ciudad, Fernando Straface.
Los compromisos fueron divididos en cuatro ejes. El del reciclado está dentro de las políticas de “Transformación Urbana y Cambio Climático”, junto a otros siete, entre los que se destaca la recuperación del Casco Histórico, donde además de reformar la sede del Museo de la Ciudad se renovarán las calzadas y veredas.
En ese grupo de objetivos también está la prolongación del Metrobus del Bajo hasta La Boca por la avenida Almirante Brown, y la instalación de 100 manzanas de espacio público y verde hasta el fin de la gestión.
Otro eje fue el de la “Seguridad”, en el cual el compromiso es llegar a que el 75% de la Ciudad esté cubierta por vigilancia con cámaras (hoy ronda el 50%), sumarle 4.000 agentes a la Policía de la Ciudad y construir tres comisarías (en Balvanera, Parque Avellaneda y Versalles).
El tercer eje fue el de la “Transformación Digital”, donde se planteó que todos los turnos para los hospitales se puedan pedir online, y que el 90% de los trámites ante la administración pública se puedan resolver en forma digital, entre otros objetivos.
El cuarto eje es el del “Desarrollo y progreso”, y en ese área los compromisos más importantes son las distintas políticas que habrá para apoyar a estudiantes, emprendedores, comerciantes, cooperativas y todos aquellos que sufrieron las consecuencias económicas y sociales de la cuarentena. El punto más urgente es lograr que 6.500 chicos que perdieron contacto con la escuela el año pasado puedan revincularse.
En el Gobierno aseguran que de los compromisos que se habían planteado para el primer mandato, 2015-2019, cumplieron el 90%. “Nos ponemos objetivos claros y asumimos compromisos que serán nuestra prioridad”, señaló Felipe Miguel. En tanto, Fernando Straface aseguró que “buena parte de la competitividad futura de las ciudades depende de su capacidad de proyectarse en la pospandemia, ese es nuestro desafío”.
Fuente: Clarin