El crecimiento vertiginoso de los fraudes digitales, con la clonación de tarjetas y el robo de datos para hacer compras truchas como uno de los modos delictivos, hizo sonar las alarmas de los bancos y los clientes. En especial desde la pandemia, que aumentó el uso de medios de pago digitales. Ahora, un proyecto de ley busca bajar ese riesgo en la Ciudad: en los comercios porteños, sólo los clientes podrán manipular sus tarjetas de crédito o débito.
La idea es que los empleados no se lleven los plásticos lejos de la vista del cliente, sobre todo en locales gastronómicos o estaciones de servicio, donde las cajas están alejadas.
Esto, porque una de las formas más comunes del delito es la clonación de tarjetas con falsos posnets que copian los datos. O bien, y más artesanalmente, hay algunos que le sacan una foto a la tarjeta y el código de seguridad para luego hacer compras fraudulentas vía web.
Lo que plantea este proyecto de ley, presentado la semana pasada en la Legislatura porteña, es muy sencillo y de sentido común: que el empleado del comercio le alcance el posnet al cliente, o bien que le garantice un fácil acceso a la máquina. Es decir, que el lector de la tarjeta no esté escondido, y en lo posible que sea inalámbrico y se pueda llevar a la mesa del bar o restaurante.
Lo que sí podrá hacer el empleado es pedirle al cliente que junto con la tarjeta le muestre el DNI, para corroborar la identidad.
El proyecto fue elaborado por la legisladora Carolina Estebarena, de Vamos Juntos, y son coautores los diputados Lucio Lapeña y Patricia Vischi, ambos de UCR-Evolución.
Entre sus considerandos, explican que “conforme surge de los datos arrojados por la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI), dependiente del Ministerio Público Fiscal de la Nación, las estafas bancarias se han incrementado un 3.000% entre el año 2019 y 2020”.
También citan que “las modalidades con el fin de vaciar cuentas bancarias, realizar compras con tarjetas de créditos, solicitar un préstamos, etc. son variadas. Ejemplos de ellas son capturar una imagen del frente y dorso del plástico o pasar la tarjeta por una terminal que copia su información para clonarla”.
Por eso, en su artículo define que “queda prohibido que los proveedores de bienes y servicios y comercios adheridos al sistema de tarjetas de débito o crédito requieran su entrega a los titulares o adicionales para realizar una operación comercial”.
El texto estipula que, una vez votada y promulgada la ley, los comercios tendrán “90 días” para adecuarse a la normativa.
En el texto no se establecen sanciones para los comercios que incumplieran esta norma, pero porque ese punto debería establecerse luego con la reglamentación de la ley.
Lo que sí está claro es que, desde que entre en vigencia la ley, los clientes podrán exigir que se cumpla esta exigencia, y si un comerciante se negara podrían denunciarlo por ejemplo ante la Dirección de Defensa de Derechos del Consumidor, así como se reclama por cualquier otro derecho.
El proyecto presentado por el oficialismo en la Legislatura sería tratado en los próximos meses. Se inspira en dos leyes muy similares que fueron aprobadas en Neuquén en 2022 y en Río Negro en junio pasado.
Qué hacer ante el robo de datos
- En el caso de que en el resumen de cuenta aparezca alguna compra fraudulenta, el cliente debe contactarse con su tarjeta de crédito y denunciarlo, vía telefónica o web.
- El cliente tiene hasta 30 días desde recibido el resumen para hacer la denuncia, o 60 si se trata de una compra realizada en el exterior.
- En todos los casos, la tarjeta le dará un crédito provisorio por el valor de esa compra cuestionada. Y paralelamente, en hasta 60 días, investigará qué pasó.
- Si la compra efectivamente fue trucha, el crédito otorgado quedará a favor del cliente. Si demostrara que la compra sí la hizo el cliente, le descontará esa compensación.
- Si sucediera esto último y el cliente quisiera insistir en su reclamo, debería hacerlo ante Defensa del Consumidor u organismos similares.
Consejos de un especialista
Sebastián Senlle, jefe de Equipo de Medios de Pago del Banco Ciudad, dio los siguientes consejos para evitar el robo de datos y las compras truchas en las tarjetas de crédito o débito.
- No perder de vista la tarjeta, no entregársela a nadie y pagar uno mismo con el posnet.
- Algunos bancos ya ofrecen la opción de «pausar» las tarjetas de crédito o débito. Si uno no la encuentra pero no está seguro de que la perdió, o si se la olvidó en algún comercio, vía home banking puede suspenderla por un tiempo.
- Las compras online hacerlas siempre en sitios oficiales o confiables.
- Se recomienda usar botones de pago, billeteras virtuales o cualquier otro método de pago que sea seguro.
- Revisar el resumen de cuenta siempre y apenas llega. Recordar que los reclamos por compras fraudulentas se pueden hacer sólo hasta los 30 días de recibido el resumen (60 días si fueron compras internacionales).
- Nunca decirle a nadie, ni por escrito ni telefónicamente, el código de seguridad de la tarjeta, los tres dígitos que están en el dorso del plástico.
- Si es una compra telefónica, al momento de ingresar el código de seguridad el operador debe activar un sistema automático en el que uno digita los tres números con el teclado.